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lunes, 5 de enero de 2015

Sexualidad alarmista


Vivimos en la era de la sexualidad alarmista, y, más en general, en un estado de emergencia constante.

No le echaré la culpa al ESTADO controlador ni al CAPITALISMO materialista. 

Estoy viendo a mi alrededor una multitud de personas comunes que invocan 

la difusión masiva de píldoras abortivas de emergencia, 
postando en las redes sociales listas de farmacias (nacionales o internacionales) complacientes, que añadir a los números de bomberos y policía en nuestras agendas... con mucho miedo a no llegar a tiempo a ingerir un potente y costoso fármaco sin saber siquiera si hay un embarazo en curso (!!!) ...embarazo que ya desde hace tiempo se trata indebidamente como una enfermedad (más o menos grave según si ha sido planeado o no), es decir NEGOCIO REDONDO para las farmacéuticas, que, por lo que veo, con este asunto han adquirido clientes hasta entre los grupos alternativos de salutistas/naturalistas/anticapitalistas variados (falsos, evidentemente),

cursos de educación sexual para preadolescentes que van a interiorizar la idea de ser bombas de relojería y no personas que poseen un cuerpo dotado de funciones naturales. Funciones que, si bien no encajan hoy en la agenda de la modernidad, exactamente como no encajaban ayer en dogmas religiosos o dictaduras, son humanas. La condición humana se sigue persiguiendo...

qué más veo: actrices famosas que se hacen extirpar los senos 'preventivamente' por no llegar a tener cáncer, haciéndose publicidad como ejemplos de inteligencias biónicas en cuerpos equivocados por naturaleza, eso sì, omitiendo cuidadosamente que la contaminación ambiental y la alimentación innatural odiernas dan siempre más cáncer...

ETC, ETC...

En resumen: la moda es sentirse congenitamente equivocad@s, disfuncionales, débiles, desafortunad@s, incapaces de sobrevivir de forma natural, inflexibles y con tendencias a la desesperación más extrema ante un hecho no estrictamente programado, y, por eso, constantemente necesitado@s de CONTROL y PRODUCTOS

Suelo decir que las dos ideologías que la mayoría percibe como antagonistas nos tratan de igual manera como títeres, pero lo peor es que la gente no parece querer otra cosa.

La mayoría pide a gritos estar encarcelada y que se tiren las llaves en nombre de la paradójica invención de esa nueva lista sagrada titulada 'derechos humanos' o de la más moderna versión distorsionada de la palabra 'libertad'. 



(Conocido aforismo de Oscar Wilde)



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