Hoy luce de manera aun más apropiada
la pequeña imagen aquí al lado,
que puede resumir el significado de este sitio web:
Puede parecer obvio, pero no lo es. Ya estamos acostumbrad@s a desconfiar de la política en todas sus expresiones, así como de la imagen que los medios de comunicación nos proporcionan acerca de las culturas, de los acontecimientos, de la situación en el mundo... desconfiamos incluso de los libros de historia, en muchas ocasiones. Pero hoy se asiste a una nueva mistificación que es más sutil, más difícil de detectar.
Para
detectar las mentiras es necesario utilizar nuestra curiosidad, nuestra
inteligencia y sensibilidad y, como hemos dicho en todas las páginas
anteriores, este blog se preocupa también de detectar nuestra actitud a formar prejuicios para luego aceptar mentiras que los fortalezcan.
Todo empieza dentro de nosotros mismos.
Y allí está nuestro poder, nuestra única posibilidad de defendernos y de acercarnos a la verdad.
Siendo libres de prejuicios (de
prejuicios aparentemente positivos o negativos, de igual manera)
podremos percibir mejor la realidad en la que vivimos, y evitar caer en
cada trampa que nos preparan las personas que nos quieren
instrumentalizar. Podremos eludir y denunciar aquellas trampas que
favorecen a los poderosos y que la misma opinión pública suele apoyar,
en casos como el que tratamos hoy, bien sea por ignorancia o por
conveniencia.
El mal ejemplo de la asignación del Nobel de la Paz de 2011
Esta
circunstancia se produce cuando una mentira difundida por los
periodistas se adapta perfectamente a un prejuicio muy común, y más aun
cuando coincide con un prejuicio positivo (como veremos en el artículo que menciono al final de este post).
Lamentablemente, la cuestión femenina encaja perfectamente en este esquema.
¿Quien no quisiera ver en la posibilidad de acceder al poder por parte de las mujeres en sociedades patriarcales, además de un factor de igualdad, también una inequivocable garantía de cambio positivo en todos los sentidos? Pocos, justamente. Por lo tanto, pocos se permiten dudar, reflexionar sobre cada y una de estas noticias 'positivas'. Por lo general, esta asociación de ideas errónea (si generalizada) hace el juego de los poderosos. Ellos saben bien que utilizando la idea de la emancipación femenina nos pueden hacer creer que se esté trabajando en pos de los derechos humanos mientras se está llevando a cabo los mismos juegos de poder de siempre, con más facilidad. Debemos estar alerta.
En estas últimas semanas, una periodista africana que no se siente libre de
expresarse a causa de la persecución a la cual están sometidos los
periodistas independientes en su país, ha declarado al redactor jefe de
un canal de prensa alternativa europeo que hoy en día, inevitablemente,
quien llega al poder en el continente africano es corrupto, sea hombre o mujer.
Lo mismo probablemente está pasando en otros continentes, a mi parecer.
Por lo tanto, la asociación de ideas 'mujer presidenta, mujer ministra,
mujer política' y 'justicia, igualdad (extendida a todo el pueblo),
emancipación, paz, manos limpias' NO ES ACTUABLE y no se debe dar por
sentada. Más bien, deberíamos vigilar que este pensamiento no se insinúe
en nuestro subconciente, de manera que los políticos y las personas que
los mueven no puedan engañarnos con este pretexto, con esta cínica operación de imagen.¿Quien no quisiera ver en la posibilidad de acceder al poder por parte de las mujeres en sociedades patriarcales, además de un factor de igualdad, también una inequivocable garantía de cambio positivo en todos los sentidos? Pocos, justamente. Por lo tanto, pocos se permiten dudar, reflexionar sobre cada y una de estas noticias 'positivas'. Por lo general, esta asociación de ideas errónea (si generalizada) hace el juego de los poderosos. Ellos saben bien que utilizando la idea de la emancipación femenina nos pueden hacer creer que se esté trabajando en pos de los derechos humanos mientras se está llevando a cabo los mismos juegos de poder de siempre, con más facilidad. Debemos estar alerta.
Debemos preguntarnos seriamente si merece la pena celebrar cuando unas mujeres del sur del mundo reciben prestigiosos premios
que las llevan a intercambiar sonrisas y podios con las representantes y
los representantes del mundo rico, el mismo mundo que reduce sus países
a la pobreza y a la esclavitud. Si las elegidas no son corruptas, si no
son títeres puestos allí de pantalla mientras se continua llevando a
cabo políticas represivas, como mínimo son activistas valientes pero
ingenuas. Al no ser así, se supone que utilizarían el valioso momento de
popularidad obtenido para denunciar públicamente a las mismas
personalidades que tienen al lado en el curso de las premiaciones.
Las dos fotos aquí abajo muestran, sin más, lo que quiero decir:
la cuestión de la emancipación femenina está siendo cruelmente instrumentalizada por los poderosos
y por quienes, entre los lectores y televidentes, creen firmemente en
la necesidad de una occidentalización del mundo, teoria que sigue
propiciando las roberías que permiten al 20% de la polblación mundial consumir el 80% del los recursos del planeta.
Sin
embargo, hasta los medios de comunicación que se declaran prograsistas y
las asociaciones que intentan trabajar en pos de la emancipación
femenina han cubierto la noticia de la asignación del Nobel el pasado
octubre (y quien sabe cuántas otras parecidas) del mismo modo que la
prensa oficial, sin que nadie objetara.
Y
los reales problemas de las mujeres y de los hombres y niños del
continente africano se quedan atrás. Se está perpetrando las mismas
políticas represivas de siempre, que en verdad no convienen a ningún
pueblo, ya que no llevarán a la paz. Las mismas políticas perversas que
deberíamos denunciar siempre.
"Los engaños no tienen fronteras, lo que hoy
afecta a otros
afecta a otros
puede afectarnos a nosotros el día de mañana" (E. Brockovich)
siguan este link, donde también mencionan el asunto: http://paxaugusta.blogspot.com/2011/10/nobel-de-la-paz-tres-mujeres-con-el.html
ResponderEliminar