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viernes, 8 de enero de 2016

Zora Neale Hurston


FRASES:

- La madre exhortaba sus hijos en cada oportunidad a "saltar hacia el sol".  No podíamos aterrizar en el sol, pero al menos nos levantábamos del suelo.

- Yo no ruego. No espero que Dios me escoja para concederme ventajas sobre mis semejantes... Las oraciones me parecen un grito de debilidad, y un intento de evitar, mediante engaños, las reglas del juego. No elijo admitir la debilidad. Acepto el reto de la responsabilidad.

- Y tu les dirás que el amor no es como una piedra de molino que es el mismo en todas partes 
y actúa igual sobre todo lo que toca. 
El amor es como el mar. Móvil pero al mismo tiempo inmutable, y sigue los contornos de la playa que besa, y en cada playa es diferente.














Zora Neale Hurston 
(1891 - 1960)

fue una antropóloga y escritora folklorista Norteamericana y una de las figuras más importantes del Renacimiento de Harlem.

Hurston se crió en Eatonville, Florida, el pueblo que se convertiría en su fuente de inspiración. Su padre, John Hurston era un predicador baptista que se convertiría en alcalde de Eatonville. 
Sobre su madre, Lucy Ann Potts Hurston, no existen muchos datos ciertos, pero se sabe que murió cuando ella tenía 13 años y que había sido maestra de escuela. Sin embargo su presencia es recurrente en la obra de Hurston en todo lo referente al folklorismo y la tradición.

Tras la muerte de su madre, fue enviada a un colegio privado en Jacksonville y se asume también que vivió con otros familiares; en sus propias palabras, fue: “pasada de mano en mano como un penique”, rechazada por su padre y su nueva esposa. 

Después de alcanzar la mayoría de edad pasó largo tiempo trabajando como empleada doméstica, camarera y viajando por el estado de Florida. A pesar de su pobre educación era una gran lectora, y en 1917 entró en la academia Morgan en Baltimore. Tenía entonces 26 años, aunque reescribe su fecha de nacimiento como nacida en 1901, es decir, fingiendo tener diez años menos. Entre 1919-1924 se matricula en la Howard University de Washington, D.C., donde encuentra inspiración para perseguir una carrera literaria en la figura de su profesor de filosofía, 
la autoridad en cultura afro americana Alain Locke.

Publica su primer relato, John Redding Goes to Sea en 1921, en la revista de la universidad. En los años siguientes varios de sus relatos aparecen en diversas revistas. En 1924, se ve forzada a abandonar su carrera al no poder financiarla, sin embargo, sus relatos publicados llamaron la atención de las figuras que luego darían forma al Renacimiento de Harlem, como Langston Hughes o Countee Cullen. Con los que luego colaborará en la revista. 

En 1925 obtiene una beca para estudiar antropología en el Barnard College, afiliado de la Universidad de Columbia (N.Y.) gracias a la antropóloga Annie Nathan Meyer. Allí trabaja con el conocido antropólogo Franz Boas y se gradúa en 1928.

Viviendo en Harlem, se convierte en un miembro del Renacimiento, y se dedica al estudio antropológico y folklorista 
de su lugar de nacimiento, Eatonville, fascinada por su naturaleza utópica: las canciones, historias, tradiciones y proverbios de la sabiduría popular. Recolecta datos sobre el folklore del Sur más profundo, se lanza a explorar las regiones más desconocidas de Florida, Mississippi, y Louisiana, que luego recogería en sus colecciones de novelas y relatos.

El Renacimiento de Harlem representó un incremento en la producción creativa (en literatura, arte, y música) liderado por la comunidad afroamericana que vivía en el guetto de Harlem, Nueva York, después de la Segunda guerra mundial y la Gran depresión.

En Harlem, Hurston crea con Langston Hughes and Wallace Stevens la revista Fire!, que solo publica un número. Viviendo en Nueva York, es reconocida no solo por su obra literaria, sino también por su pensamiento político y lo extravagante de su personalidad. 

El Renacimiento de Harlem se promocionó en gran medida gracias 
a las donaciones de mecenas blancos, lo que constituye una de las críticas más frecuentes al movimiento. Con Zora Neale Hurston no fue diferente, y fondos de organizaciones filantrópicas así como el patronazgo de editores y académicos blancos le permitieron dedicarse a su obra de ficción y antropología. 

Uno de los rasgos más interesantes del aporte del Renacimiento de Harlem a la literatura Norteamericana es que su representación del “hombre negro” no era ya la de una víctima de la esclavitud que se rebela y busca la compasión de sus lectores. Para los escritores de Harlem, la mayoría de ellos siendo la primera generación nacida ya libre, la idea era reflejar a un individuo orgulloso de sus raíces. Además, Zora amplía esta visión para envolver también a las figuras femeninas. En muchos de sus relatos se encuentran mujeres fuertes e independientes.

En 1936, Hurston obtiene una beca de investigación Guggenheim para estudiar la práctica del Obeah (Vudú, Santería) en el Caribe inglés. Viaja a Jamaica y Haití, donde escribe Their Eyes Were watching God (Sus ojos miraban a Dios), pues encuentra en este entorno de folklore rural la inspiración y la energía para recuperarse de una relación sentimental fallida. Vivió en el Caribe durante dos años y la información que recolecto' allí, descripción de costumbres y supersticiones, grabación de canciones, chistes, juegos y fotografías de danzas, aparece en su segunda compilación de 
folklore. El estudio sobre la práctica del Vudú y el Judú (hoodoo) en el Caribe inglés se transforma en mucho más de la mano ya más experta de Hurston. Trata el Vudú como una práctica religiosa seria, algo que no se hacía por entonces, originaria de África y que existe entremezclada con el Cristianismo.

Tanto en sus compilaciones de folklore como en sus novelas y relatos, Hurston hace siempre un esfuerzo en plasmar el modo 
de hablar de sus personajes, sus dialectos, lo cual hace difícil su lectura, pero a la vez dotan a sus textos del “sabor a realidad” que falta en algunos de sus contemporáneos. Esta diferencia está fundada en su propio estilo al escribir. Hurston, con los años, da preferencia a la descripción de sus personajes a través de sus acciones, en lugar de optar por descripciones hechas por el narrador u otros personajes. Por otro lado, la temática que la obra de Hurston suele tratar es más íntima, en el sentido de que se ocupa de las relaciones entre miembros de una comunidad afroamericana 
(normalmente Eatonville) en lugar de hacerlo en las relaciones entre el hombre negro y el blanco. 

La mezcla de estilos que caracteriza sus textos comprende antropología y ficción, crítica política, fotografía, etc.

Hurston fue una figura controvertida dentro y fuera del renacimiento de Harlem. Sus ideas políticas mostraban un fuerte contraste con las de muchos de sus contemporáneos de Harlem, puesto que rechazaba el comunismo. Esto provocó dos corrientes bien distinguidas dentro del Renacimiento, por una lado el 
procomunismo liderado por Langston Hughes y por otro el más conservador, que lideraba Hurston. Su pensamiento político 
en este respecto era muy conservador, por ejemplo, estaba en contra de la integración de la comunidad negra a la blanca. Una de las razones para esta oposición eran las consecuencias que veía en la integración educativa, pues creía que de esa manera la tradición cultural afroamericana se perdería, al ser pasada por alto por las juntas de educación lideradas por hombres blancos. 
Esto se puede ver en su crítica a la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos en el caso de Brown contra la junta de educación.




La obra de Hurston permaneció desconocida hasta entrados los años 70. Una de las posibles razones es la representación del dialecto afroamericano que utilizaba en los diálogos de sus personajes. Para algunos críticos de la época, esta representación constituía una caricatura del analfabetismo de muchos afroamericanos. Sin embargo, esto mismo se ve como un gran trabajo estilístico en la actualidad.

Al publicar su ambiciosa novela 
Seraph on the Suwanee en 1948, Hurston vuelve a traspasar los límites de la escritura afroamericana de la época al escribir de forma a primera vista apolítica. Seraph on the Suwanee es una obra sobre blancos empopobrecidos haciéndose un hueco en la industria de Florida, los personajes de color son secundarios. 
Fue una obra atrevida, ya que ni los intelectuales afroamericanos ni los blancos podían aceptar la idea de un autor negro hablando a través de personajes blancos. Las duras críticas que esta obra recibió hicieron que fuera el último esfuerzo literario de Hurston antes de retirarse a un pequeño pueblo de Florida por el resto de su vida. Según Hurston declaró, el texto es un testimonio de su propia definición tanto como escritora afroamericana como regionalista. 

Por otro lado, en los círculos académicos, los antropólogos frecuentemente catalogaron sus obras como ficción, 
y no los añadieron a las listas de textos antropológicos.

En 1975 Alice Walker publica el artículo In Search of Zora Neale Hurston, en la revista Ms. Magazine. Con este artículo se reaviva el interés público en la obra de Hurston y se abre la puerta a autoras como Toni Morrison, Maya Angelou, o la misma Alice Walker, que escriben sobre las experiencias de
mujeres afroamericanas que no siempre se basan la lucha racial. Con este nuevo interés se publican dos biografías, 
Wrapped in Rainbows ("Envuelta en arcoiris") de Valerie Boyd y Speak So You Can Speak Again de Lucy Hurston, sobrina de Zora.

Hurston murió en la pobreza, de un infarto, en Fort Pierce, Florida y fue enterrada en una tumba sin marcar. Alice Walker y la académica Charlotte Hunt marcharon a Florida con el objetivo de encontrar ésta tumba y marcarla, cosa que hicieron en 1973.

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